Un llanto estúpido detrás del Sol

La vida son sólo fragmentos rotos que caen al suelo.
Sabía que si no las recogía, mi vida acabaría de forma abrupta. 
Pensar en el mañana no me da esperanza alguna, da pánico sentir el pasar del tiempo en cada cabeza, en cada alma.
No sabía que hacía con mi propia vida, es como si alguien más pensara por mí, ya no soy quién solía ser.
Ni ese tal era tan bueno ni tan noble.
El Sol ya no respondía a mis llantos, algo no estaba bien. Eran simples llantos estúpidos detrás de él.
Buscaba la atención de la Luna, más mi búsqueda fué en vano.
Entonces de esa sofisticada limosina bajó ella.
Un metro noventa, tacones y prendas caras.
Prometió rearmar mi pequeño mundo.
Dijo que le preocupaba.
Que soy único.
Más esos no eran sus planes.
Era la muerte.
Ella me quería llevar.

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